Esto no es una manzana

En ambas esculturas, tanto la tallada como la mordida, las he dividido en cuatro partes, no del todo simétricas, pero quería que no fuesen así para representar que incluso dentro del orden, existe el desorden. Nada es perfecto. 

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Mi hermano por el contrario, mordió la manzana para hacer una cara e sorpresa.

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Al colocar las manzanas en sitios distintos, sus texturas cambiaban. Frente a la televisión se puede ver cómo hay más ocuridad y mucho contraste entre luces y sombras. 

En la luz del comedor aparecen brillantes y con un color muy intenso.

En el salón contrastan con los tonos fríos de alrededor.

En la luz del baño, con el chorro de agua se ven jugosas y apetecibles.

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